Si bien reforzar tu inmunidad es más fácil de decir que de hacer, varios cambios en la dieta y el estilo de vida pueden fortalecer las defensas naturales de tu cuerpo, y ayudarte a combatir patógenos dañinos u organismos que causan enfermedades.
"Si quieres mejorar tu salud inmunitaria, estarás preguntándote cómo ayudar a tu cuerpo a combatir enfermedades."
Puedes hacer varios cambios en tu estilo de vida y dieta para fortalecer tu sistema inmunitario.
Estos incluyen reducir tu consumo de azúcar, mantenerte hidratado, hacer ejercicio regularmente, dormir bien y controlar tus niveles de estrés.
Si bien ninguna de estas sugerencias puede prevenir la COVID-19, pueden reforzar las defensas de tu cuerpo contra patógenos dañinos.
#Yoga para aliviar el estrés.
Llevar una vida saludable requiere de mucho esfuerzo y disciplina, pero convertirla en un hábito generará resultados positivos para el cuerpo, no solo en el plano físico sino también en la mente...
Aquí te presentamos 9 consejos para fortalecer tu inmunidad de forma natural.
1. #Duerme lo suficiente.
El sueño y la inmunidad están estrechamente relacionados.
De hecho, no dormir bien o tener un sueño de mala calidad está vinculado a una mayor susceptibilidad a la enfermedad.
En un estudio realizado con 164 adultos sanos, los que dormían menos de 6 horas cada noche eran más propensos a resfriarse que los que dormían 6 horas o más cada noche.
Descansar bien puede fortalecer tu inmunidad natural. Además, puedes dormir más cuando estás enfermo para permitir que tu sistema inmunitario combata mejor la enfermedad.
Los adultos deberían tratar de dormir 7 horas o más cada noche, mientras que los adolescentes necesitan de 8 a 10 horas, y los niños más pequeños y los bebés hasta 14 horas.
Si tienes problemas para dormir, intenta limitar el tiempo de pantalla durante una hora antes de acostarte, ya que la luz azul que emiten tu teléfono, TV y computadora puede interrumpir tu ritmo circadiano o el ciclo natural de vigilia-sueño de tu cuerpo
Otros consejos para la higiene del sueño incluyen dormir en una habitación completamente oscura o usar un antifaz para dormir, acostarte a la misma hora todas las noches y hacer ejercicio regularmente.
2. Come más alimentos #integrales de origen #vegetal.
Los alimentos integrales de origen vegetal como frutas, vegetales, nueces, semillas y legumbres son ricos en nutrientes y antioxidantes que pueden darte una ventaja contra los patógenos dañinos.
Los antioxidantes en estos alimentos ayudan a disminuir la inflamación al combatir compuestos inestables llamados radicales libres, que pueden causar inflamación cuando se acumulan en tu cuerpo en niveles altos.
La inflamación crónica está relacionada con numerosas afecciones de salud, incluyendo enfermedades cardíacas, Alzheimer y ciertos tipos de cáncer.
Mientras tanto, la fibra en los alimentos vegetales alimenta tu microbioma intestinal, o la comunidad de bacterias saludables en tu intestino. Un microbioma intestinal resistente puede mejorar tu inmunidad y ayudar a evitar que patógenos dañinos entren en tu cuerpo a través de tu tracto digestivo.
Además, las frutas y vegetales son ricos en nutrientes como la vitamina C, que puede reducir la duración del resfriado común.
3. Come más grasas #saludables.
Los alimentos integrales de origen vegetal como frutas, vegetales, nueces, semillas y legumbres son ricos en nutrientes y antioxidantes que pueden darte una ventaja contra los patógenos dañinos.
Los antioxidantes en estos alimentos ayudan a disminuir la inflamación al combatir compuestos inestables llamados radicales libres, que pueden causar inflamación cuando se acumulan en tu cuerpo en niveles altos.
La inflamación crónica está relacionada con numerosas afecciones de salud, incluyendo enfermedades cardíacas, Alzheimer y ciertos tipos de cáncer.
Mientras tanto, la fibra en los alimentos vegetales alimenta tu microbioma intestinal, o la comunidad de bacterias saludables en tu intestino. Un microbioma intestinal resistente puede mejorar tu inmunidad y ayudar a evitar que patógenos dañinos entren en tu cuerpo a través de tu tracto digestivo.
Además, las frutas y vegetales son ricos en nutrientes como la vitamina C, que puede reducir la duración del resfriado común.
4. Come más #alimentos fermentados o toma un #suplemento #probiótico.
Los alimentos fermentados son ricos en bacterias beneficiosas llamadas probióticos, que se encuentran en gran cantidad en tu tracto digestivo.
Estos alimentos incluyen yogur, chucrut, kimchi, kefir y natto.
Investigaciones sugieren que una red floreciente de bacterias intestinales puede ayudar a tus células inmunitarias a diferenciar entre células normales y sanas, y organismos invasores dañinos.
En un estudio de tres meses con 126 niños, aquellos que bebieron solo 2.4 onzas (70 ml) de leche fermentada a diario tuvieron un 20 por ciento menos de enfermedades infecciosas infantiles, en comparación con el grupo de control.
Si no comes regularmente alimentos fermentados, los suplementos probióticos son otra opción.
En un estudio de 28 días con 152 personas infectadas con rinovirus, quienes consumieron suplementos probióticos Bifidobacterium animalis tuvieron una respuesta inmune más fuerte, y niveles más bajos del virus en su mucosa nasal, que el grupo de control.
5. Limita los #azúcares añadidos.
Nuevas investigaciones sugieren que los azúcares añadidos y los carbohidratos refinados pueden contribuir de manera desproporcionada al sobrepeso y la obesidad.
La obesidad también puede aumentar tu riesgo de enfermarte.
Según un estudio observacional realizado en alrededor de 1,000 personas, las personas con obesidad que recibieron la vacuna antigripal fueron dos veces más propensas a contraer la gripe que las personas sin obesidad que la recibieron.
Reducir el consumo de azúcar puede disminuir la inflamación y ayudar a perder peso, reduciendo así el riesgo de enfermedades crónicas como diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas.
Dado que la obesidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardíacas pueden debilitar el sistema inmunitario, limitar los azúcares añadidos es una parte importante de una dieta que fortalezca el sistema inmunitario.
Es necesario que limites tu consumo de azúcar a menos del 5 por ciento de tus calorías diarias. Esto equivale a alrededor de 2 cucharadas (25 gramos) de azúcar para alguien en una dieta de 2,000 calorías.
6. Haz #ejercicio moderado.
Aunque el ejercicio intenso prolongado puede suprimir tu sistema inmune, el ejercicio moderado puede fortalecerlo.
Estudios indican que incluso una sola sesión de ejercicio moderado puede aumentar la eficacia de las vacunas en personas con sistemas inmunes comprometidos.
Además, el ejercicio regular y moderado puede reducir la inflamación y ayudar a las células inmunitarias a regenerarse regularmente.
Ejemplos de ejercicio moderado incluyen caminar a paso ligero, andar en bicicleta, trotar, nadar y hacer senderismo ligero. La mayoría de las personas deben intentar hacer al menos 150 minutos de ejercicio moderado por semana.
7. Mantente #hidratado.
La hidratación no necesariamente te protege de gérmenes y virus, pero prevenir la deshidratación es importante para tu salud en general.
La deshidratación puede causar dolores de cabeza y dificultar el rendimiento físico, la concentración, el estado de ánimo, la digestión y la función cardíaca y renal. Estas complicaciones pueden aumentar tu susceptibilidad a enfermarte.
Para prevenir la deshidratación, debes beber suficiente líquido diariamente para que tu orina sea de color amarillo pálido. El agua se recomienda porque no contiene calorías, aditivos ni azúcar.
Si bien el té y el jugo también son hidratantes, es mejor limitar el consumo de jugo de frutas y té endulzado debido a su alto contenido de azúcar.
Como regla general, debes beber cuando tienes sed y dejar de hacerlo cuando ya no tienes sed. Es posible que necesites más líquidos si te ejercitas intensamente, trabajas al aire libre o vives en un clima caluroso.
Cabe señalar que los adultos mayores comienzan a perder la necesidad de beber, ya que sus cuerpos no indican la sed adecuadamente. Los adultos mayores necesitan beber regularmente, incluso si no sienten sed.
8. Controla tus niveles de #estrés.
Aliviar el estrés y la ansiedad es clave para la salud inmunitaria.
El estrés prolongado promueve la inflamación, así como los desequilibrios en la función celular inmune.
En particular, el estrés psicológico prolongado puede suprimir la respuesta inmune en los niños.
Las actividades que pueden ayudarte a controlar el estrés incluyen meditación, ejercicio, llevar un diario, yoga y otras prácticas de conciencia plena. También puedes beneficiarte de ver a un consejero o terapeuta, ya sea virtualmente o en persona.
9. Usa #suplementos sabiamente.
Es fácil recurrir a los suplementos si escuchas afirmaciones sobre su capacidad para tratar o prevenir COVID-19.
Sin embargo, estas afirmaciones no tienen fundamento y son falsas.
Según los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés), no hay evidencia que apoye el uso de ningún suplemento para prevenir o tratar la COVID-19.
Sin embargo, algunos estudios indican que los siguientes suplementos pueden fortalecer la respuesta inmunitaria general del cuerpo:
· #VitaminaC.
· #Zinc.
· #Schissandra.
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Fuente: www.healthline.com
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